martes, 31 de agosto de 2010

Quinta audiencia

La audiencias continuan lunes 6 de septiembre a las 10,30hs, declararan 3 testigos. y martes 7 de septiembre con 4 testigos.



La defensa de Arrillaga, pedirá falso testimonio para ex policia.

Tiene 82 años y en marzo de 1976 cumplía funciones en la comisaría tercera. Ayer, durante su declaración, incurrió en graves contradicciones

El tribunal deberá decidir si procesa a un ex policía de 82 años por falso testimonio agravado tras incurrir en graves contradicciones durante su declaración en el juicio que se lleva adelante a dos marinos y a un miembro del Ejército por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.

Sin la presencia de uno de los imputados –el ex general de brigada Alfredo Manuel Arrillaga tuvo que viajar a Buenos Aires por un familiar que se encuentra en grave estado de salud-, comenzó la quinta audiencia del juicio por la causa Base Naval 1. Cerca de las 10.30, el oficial principal retirado de la Policía bonaerense Juan Miguel Lazarte tomó posición frente al tribunal.

El hombre de 82 años fue el primero de cuatro testigos. Lazarte fue el policía que la madrugada del 24 de marzo de 1976 atendió el llamado desesperado de Luis Salvador Regine quien denunciaba que en su casa de Figueroa Alcorta al 300 había un grupo de personas que le pateaba la puerta y le disparaba con fusiles.

La policía nunca llegó porque un reten militar le cortó el paso. Luis Regine fue secuestrado y estuvo al menos 48 horas cautivo en la Base Naval donde fue brutalmente golpeado y torturado. Salvó su vida cuando los militares se dieron cuenta que se habían equivocado de persona.

Buscaban a Diego Ibáñez, el sindicalista del SUPE que había vivido en la casa ocupaba Regine.
Frente a los jueces Nelson Jarazo, Alejandro Esmoris y Jorge Michelli, Lazarte no supo contestar la mayoría de las preguntas que le hicieron las partes y lo que creyó recordar se contradijo con su declaración ofrecida en 2007 durante la etapa de instrucción.

Sobre la madrugada del 24 de marzo de 1976, dijo que fue el quien atendió el llamado de Regine y junto a un grupo de policías fueron en jeep para ver que pasaba. Pero a unos 200 metros de la casa, una patrulla con militares vestidos con ropa de fajina y armados le dijeron que no podían pasar y que se trataba de un operativo militar de las “fuerzas conjuntas”.

Lazarte y su gente regresó a la comisaría y supieron de la suerte de Regine días después y por comentarios. El ex policía no recordó si ese hecho fue registrado en el libro de guardia de la tercera. Tampoco supo decir los nombres de sus superiores en aquel entonces.

Cuando la abogada Gloría León le preguntó si a partir del golpe de Estado había notado cambios dentro de la comisaría, Lazarte aseguró que no, que todo continuó con normalidad. También negó que haya tenido alguna orden de sus superiores para subordinarse a las Fuerzas Armadas.

Cuando el querellante, le preguntó si era normal que un militar le dijera que no podía pasar y el acataba la orden, el testigo no supo que decir.

El abogado Carlos Meira, defensor del imputado Arrillaga fue quien le hizo notar la contradicción a Lazarte. El testigo declaró ayer que fue junto con una patrulla hasta la casa de Regine cuando éste lo llamó desesperado. Pero en 2007, frente al juez de instrucción, dijo que había enviado una patrulla y que se había quedado en la comisaría.

Así, toda referencia que hizo sobre los militares que estaban en la casa de Regine fue por referencia de otros y no porque él lo haya visto. Lazarte no supo salir de su contradicción y Meira dijo que pedirá el proceso por falso testimonio agravado.

El segundo testigo fue Hugo Ormechea, ex empleado y amigo de Luis Regine.


Ormechea vivía a unas dos cuadras de la casa de Regine y había comenzado a trabajar en el taller de Regine cuando terminó la secundaria. Ayer contó que los militares que custodiaron la casa de su amigo luego del secuestro vestían el mismo uniforme que los marinos de la Base Naval.

El testigo fue quien sacó las fotos de la casa de Regine luego de la balacera de la madrugada del 24 de marzo de 1976. Contó que cuando el entró todavía había polvillo en el aire producto de las paredes que habían sido destruidas por las bala de los fusiles.

Las fotos que sacó Ormechea figuran como pruebas en la causa contra los imputados Alfredo Arrillaga y el capitán de navío Justo Ignacio Ortiz.

Luego de un cuarto intermedio de dos horas, la audiencia se reanudó alrededor de las 14.30, con la presencia en el estrado de Juan Carlos Chini, de 73 años, metalúrgico quien mantenía con Regine una fluida relación comercial.

En su testimonio Chini confirmó que durante marzo de 1976 el taller perteneciente a Regine cerró repentinamente, y que en una de sus visitas, siempre con fines comerciales, fue atendido por la esposa de Regine quien lo hizo pasar hasta la habitación donde Luis se encontraba acostado a causa de las lesiones sufridas en la tortura durante su cautiverio en la Base Naval.

Chini explicó que al ingresar a la casa por una escalera pudo notar en las paredes y el cielorraso las incrustaciones de balas producto de la balacera provocada el día del secuestro.

“Lugo de lo que le pasó Regine se convirtió en una persona abatida”, expresó el metalúrgico en su testimonió que permitió confirmar las secuelas psicológicas de Luis provocadas por la represión.
Luego de Chini fue el turno del matrimonio compuesto por Hortensia Catalina Nieto y Alberto Francisco Cruz, primos de Margarita Segura de Regine, esposa de Luis. En los testimonios vertidos ante el tribunal, primero por parte de la mujer, no se aportó demasiado en torno a la causa.


Los elementos más importantes brindados por el matrimonio fue la confirmación de que Regine, luego de su cautiverio, apareció con hematomas de todo tipo en el cuerpo. Esto lo pudo confirmar con mayor precisión Cruz ya que fue quien asistió a Regine en la bañadera de su casa ni bien recuperó la libertad.Según manifestaron, la familia Regine completa acudió a la vivienda del matrimonio Cruz donde permanecieron refugiados durante al menos una semana. Allí Luis fue ayudado a recuperar su movilidad y contó que estuvo cautivo en la Base Naval donde le habían practicado torturas

Por Federico Desántolo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario