lunes, 6 de septiembre de 2010

Sexta audiencia ...




Continua martes 7 a las 10,30hs

Mi mamá pidió permiso para despedirse de nosotros y nunca más

Verónica Bourg, hija del matrimonio Bourg desaparecidos desde septiembre de 1977 fue la primera en declarar ayer, en una nueva audiencia del juicio que se le sigue a tres militares por crímenes de lesa humanidad. Nuevos testimonios comprometen al juez Pedro Cornelio Federico Hooft


Los dos hijos mayores del matrimonio Bourg y una de sus tías, fueron los tres testigos que declararon ayer en el juicio por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en la Base Naval Local durante la última dictadura cívico militar. Sus testimonios, sobre la desaparición de un expediente por privación ilegítima de la libertad, comprometen al juez Pedro Cornelio Federico HooftVerónica Bourg tiene 41 años y el último domingo padeció un nuevo aniversario, el número 33, de la desaparición de sus padres. Un día después, revivió ante el tribunal oral federal Nº1, el secuestro de sus padres, la búsqueda y la tristeza de no volver a verlos.

El 5 de septiembre de 1977 Verónica tenía 8 años y vivía con su padre Raúl Bourg, su mamá Alicia Rodríguez y sus cuatro hermanos en una casa quinta ubicada en el kilómetro 5 del camino viejo a Miramar. Esa noche, un grupo de personas armados y vestidos de civil buscaban a su padre. Su mamá les dijo que Raúl estaba junto con un primo –Alejandro Saenz- en una quinta vecina. Algunos de los hombres fueron a buscarlos y otros se quedaron con la mujer y los chicos. Al rato, uno de ellos volvió y dijo ya los tenemos y se fueron.

Verónica recordó ante los jueces Nelson Jarazo, Alejandro Esmoris y Jorge Michelli que al día siguiente cuando se despertó su abuelos maternos estaban en la casa y Alejandro Saenz que había sido secuestrado con su padre ya estaba de vuelta. A los que después supo que su detención había generado una pelea entre los secuestradores porque Saenz era un conscripto en aquella época y por ese motivo lo soltaron a las pocas horas.

Saenz se fue del país a los pocos días y cuando regresó le contó a Verónica que creía que los habían llevado a la Base Naval. Él describió el olor a mar y una escalera que muchos de los ex detenidos en ese CCD recuerdan.

El 7 de septiembre, dos días después que se había llevado a Raúl Bourg, el grupo de tareas volvió a la casa quinta. Esta vez le dijeron a Alicia Rodríguez de Bourg que preparara una muda de ropa para su marido y que tenía que ir con ellos para certificar una denuncia. Verónica recordó “mi mamá pidió permiso para despedirse de nosotros y nunca más”.

Cuando el abogado querellante por la APDH le preguntó a la testigo cuales eran sus expectativas con respecto a este juicio, Verónica respondió mirando al tribunal: “Cero expectativa. Nada de lo que ustedes hagan va a pagar lo que nos hicieron”.

Las primeras gestiones para sabe donde estaban los Bourg fueron las presentaciones de habeas corpus y la apertura de una causa por privación ilegitima de la libertad, ambos trámites en el juzgado provincial Nº3, a cargo del juez Pedro Federico Hooft El expediente fue caratulado “NN O VARIOS S/ PRIVACION ILEGITIMA DE LA LIBERTAD. Bourg Juan – Rodríguez de Bourg Alicia”.

El matrimonio Bourg tenía un campo en General Pirán que era arrendado a un amigo de la familia, Ernesto Aguinaga.

El 20 de septiembre del ’77 Aguinaga junto con un escribano de apellido Fernández Puentes fue a ver al jefe de la subzona militar 15, coronel Pedro Barda para regularizar la situación del campo ya que sospechaban que el Ejército tenía al matrimonio Bourg.

Barda no solo los recibió, sino que además extendió un documento en el cual autorizaba a Aguinaga a seguir explotando el campo. El documento hablaba de Raúl Bourg como “supuesto delincuente subversivo”. El Ejército reconocía tener secuestrado al matrimonio porque creían que eran terroristas.
El documento firmado por la máxima autoridad militar de la zona recorrió el mundo como prueba de que el matrimonio estaba en manos de los militares. También fue incluido como prueba documental en la causa por privación ilegitima de la libertad abierta en el juzgado del Juez Hooft.

El magistrado nunca citó a nadie a declarar. Tampoco habló con las autoridades militares y en febrero de 1978 archivó la causa porque consideró que no había pruebas suficientes para determinar quienes eran los responsables del secuestro del matrimonio.

En 2001, cuando se celebraban los juicios por la verdad, el tribunal oral federal solicitó al juzgado de Hooft el expediente archivado. El documento que demostraba que Hooft no había hecho nada para esclarecer el secuestro del matrimonio Bourg había desaparecido del archivo departamental.

La desaparición del expediente del caso Bourg es una de las pruebas presentada por los organismos de Derechos Humanos en el Jury que se lleva adelante contra Hooft. Con respecto a los habeas corpus presentado por los padres de Raúl y Alicia, el magistrado resolvió de forma negativa con costas a cargo de las familias.


Juan de la Cruz Bourg declaró después de su hermana. Tiene 42 años y 9 cuando secuestraron a sus padres. El mayor de los hijos del matrimonio, contó que luego del secuestro sus padres ellos quedaron al cuidado de sus abuelos maternos y al empezar la secundario abandonaron la casa quinta y se mudaron a un departamento en el edificio ubicado en Córdoba 1737. Un edificio habitado mayoritariamente por militares. Ellos vivían en el piso 12 y en el 20 lo hacía Alfredo Manuel Arrillaga, jefe de operaciones del GADA 601 en aquel entonces e imputado por el secuestro de los Bourg en la actualidad.

Un día llegó una nota anónima al departamento que decía “por el secuestro del matrimonio Bourg pregúntele a Arrillaga el es uno de los responsables”. Verónica, con sus 15 años, no dudó. Tomó la nota y subió hasta el piso 20. Arrillaga se limitó a decirle que no sabía nada que no entendía lo que decía esa nota.

Juan también recordó que su abuela se entrevistó con el coronel Barda y le dijo que no le interesaba nada de .lo material de sus hijos, refiriéndose al campo de General Pirán. Que lo único que quería era recuperar a su hijo y a su nuera. El militar no le dijo nada, pero a los pocos días un grupo de militares fue a la casa quinta a pedirle a la mujer la escritura del campo. No se las dio.

María Emilia Bourg es hermana de Raúl. Ayer después de un cuarto intermedio de una hora y media, relató con detalles cada una de las gestiones que hicieron junto con su madre, para saber donde estaba su hermano y su cuñada. Recordó que se entrevistaron con Barda y que el coronel no les negó ni afirmó que tuvieran al matrimonio. También hicieron gestiones con el ministro de Relaciones de aquel entonces, Luis María de Pablo Pardo, quien les dijo que el general Guillermo Suárez Mason le debía un favor y se lo iba a cobrar. El jefe del Primer Cuerpo del Ejército les dijo que pasarían una linda navidad. Pasaron 33 navidades y nunca hubo buenas noticias.

Por Federico Desántolo.

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