martes, 9 de noviembre de 2010

Audiencia Nº18, dia martes 9 de noviembre

Nunca vio, ni supo de detenidos en la Base Naval


El imputado declaró alrededor de una hora y media. No contestó preguntas de las partes, pero el cuestionario de los jueces lo incomodó. Negó las imputaciones y dijo desconocer existencia de detenidos desaparecidos en la Base Naval.
“A lo largo del ’76 y en los años siguientes no tuve ninguna vinculación directa e indirecta con los enfrentamientos entre militares y civiles”. Luego de una hora de exposición frente al tribunal oral federal Nº 1, el contraalmirante Roberto Luis Pertusio dijo lo que suelen decir casi todos los imputados a la hora de declarar.
Después de un cuarto intermedio de media hora, alrededor de las 13.30, Pertusio acusado de crímenes de lesa humanidad perpetrados en la Base Naval local, se sentó frente al tribunal. Un día antes, había pedido declarar.
De elegante traje gris, solo acomodó el micrófono para que su voz se escuchara clara y firme. Lo primero que dijo fue que una “fuerte carga emocional” que lo aqueja desde hace meses “había llegado a su punto más alto ante la posibilidad de declarar y que por tal motivo no respondería las preguntas de las querellas ni de las defensas”. Sólo aclararía las dudas de los miembros del tribunal. En resumidas cuentas contaría su versión de los hechos. Negaría cualquier relación con los delitos que se le imputan y resaltaría su profesionalismo como integrante de Armada argentina.
Tras escuchar de boca del juez Nelson Jarazo, los delitos que se le imputan -privación ilegitima de la libertad, imposición de tormentos agravada y homicidio calificado Omar Tristán Roldán y su mujer Delia Elena Garaguso-, Pertusio comenzó su declaración remontándose al año 1970 cuando fue enviado a Alemania para especializarse en el comando de submarinos fabricados en aquel país. El imputado se convirtió en un referente de la Armada en ese tipo de buques. Toda su carrera estuvo vinculada a ello. Su primer contacto con Mar del Plata lo tuvo en 1974 cuando lo trasladaron a la Base Naval local para asumir el comando del submarino Santa Fe. Aquí cumplió funciones hasta 1978. Aunque había solicitado su traslado a la Escuela de Guerra Naval, la superioridad creyó que era más útil en Mar del Plata.
El 24 de marzo de 1976, tuvo que viajar a Miramar con una comisión de oficiales a su mando para hacerse cargo de la intendencia de Miramar. Se encargó de aclara que su mandato de facto duró unos pocos días y que había otros grupos de la Armada que operaban en Miramar pero que nada tenían que ver con su funciones. Sin decirlo se refería a los grupos de tareas que secuestraron a hombres y mujeres en aquella localidad. El diseño operativo del golpe de Estado establecía que la Marina debía hacerse cargo de la represión y en las localidades costeras de esta zona.
El lunes pasado declaró en el juicio que se le sigue a Pertusio y a otros dos militares, Mónica Roldán, hermana de Tristán Omar Roldán secuestrado junto a su pareja Delia Elena Garaguzo, el de septiembre del 76. La mujer contó que su padre recibió varias cartas de distintos jefes militares que siempre negaban saber algo de la pareja. Entre esas cartas había una firmada por Pertusio. La misiva decía que la marina había realizado el operativo en el cual se llevaron todos los muebles y pertenencias de la vivienda en que vivían, Tristán y Delia, pero aclaraba que no habían realizado el operativo anterior, el del secuestro de la pareja.
Ayer, en su exposición de una hora y media, Pertusio intentó aclarar aquella situación. Primero, en una pizarra explicó el organigrama de mando de la Base Naval para dejar en claro que él como responsable de la Escuela de Submarinos era un compartimiento estanco con respecto al resto de las actividades de la Base Naval. Incluso dijo en varias oportunidades que su oficina estaba no menos de 300 metros de distancia del despacho del contralmirante Juan Carlos Malugani, jefe de la Base Naval local.
Con respecto a la carta que recibió la familia Roldán y que lleva su firma dijo que el responsable de esas líneas fue Malugani. Según el imputado, solo cumplió la orden que le dio su superior. Por eso “el encabezamiento dice “por orden del jefe de la Fuerza de Submarinos”, explicó Pertusio. Enseguida agregó que no tenía conocimiento de quienes eran Roldán y Garaguzo y qué les había pasado. Después de su declaración espontánea, Pertusio tuvo que contestar las preguntas del tribunal. Ante el requerimiento del juez Jorge Michelli, el imputado contestó que nunca vio detenidos desaparecidos en la Base Naval. Según sus dichos estaba pendiente de los submarinos y no prestaba atención al resto de la vida en la base. Además agregó que el edificio de la Escuela de Submarinos estaba alejada de los lugares que algunos testigos mencionaron como posibles sitios para alojar a los detenidos.
Tampoco se interesó por averiguar que le había pasado a la pareja Roldán Garaguzo. No quiso saber de que se trataban esos “procedimientos” de los que hablaban la carta que él mismo había escrito.
Pertusio encogió los hombros cuando le preguntaron si sabía que la Marina intervenían en esos “enfrenamientos entre civiles y militares” que habían mencionado minutos antes. Dijo que no sabía que fuerzas actuaron en la represión y tampoco sabe que grado de participación tuvo la Armada.
El se autoproclamó como uno de los principales estrategas en guerra naval que dio el país. Pero no sabía que la Marina era una fuerza de ocupación en su propio país.
Tampoco vio en todas las veces que recorría la base naval para ir a almorzar al edificio de oficiales, lugares restringidos a los que solo podía ingresar determinada oficialidad.
Ante las preguntas de los jueces la voz segura y clara del imputado se fue perdiendo. Cierta incomodidad se hizo notoria. Respondió que no se acuerda si le interesó que las fuerzas armadas detuvieran a hombres y mujeres. Replicó que la Armada había gastado mucho dinero y educación para capacitarlo en tareas operativas y que esas tareas eran su preocupación.
Por último, Pertusio dijo no recordar haber leído en los diarios locales noticias sobre detenciones de civiles que luego eran alojados en la Base Naval. Cerca de las tres de la tarde terminó su declaración y finalizó la audiencia.

Por Federico Desántolo

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